De
Garazi San Pedro Castejón a su aitite. 16 de noviembre de 2020.
Aitite:
En clase teníamos que transformar un
cuento; a mí me ha tocado “El
sastrecillo valiente” y lo he cambiado así:
LA SASTRECILLA VALIENTE
Hace
mucho, mucho tiempo, en una pequeña ciudad habitaba una joven sastre que
trabajaba todos los días cosiendo y remendando ropas con sus habilidosas manos.
Cierta
mañana la sastre, cansada de tanto trabajar, se hizo un bocadillo. Pero en esto,
cinco molestas moscas entraron por su ventana. La joven, molesta, intentó
ahuyentarlas, pero todo acto era en vano, así que cogió un trapo mojado y, para
su sorpresa, de un solo golpe mató a las cinco. Ésta, radiante de felicidad, se
hizo un cinturón en el que ponía “5 de un
golpe”, y se dispuso a pasear toda la ciudad con el cinturón en su cintura.
A
la sastrecilla se le hizo corta la ciudad y comenzó a caminar hacia un pueblo.
El problema era que para llegar al pueblo había que pasar por una montaña en la
que vivía un malvado gigante.
Cuando
llegó, la sastrecilla le saludó:
-
¡Hola
amigo! según me han dicho vives aquí, ¿verdad?
-
¡Lárgate! ¿No
ves que estoy comiendo?- le dijo a la joven de malos modos; pero de repente
leyó su cinturón y pensó que se trataba
de 5 personas, y no de 5 moscas, a
las que había matado.
-
¿Acaso te
crees más fuerte que yo?- le preguntó en tono irónico, mientras hacía de una piedra mil.
La
sastrecilla decidió seguirle el juego y también desmoronó su queso. El gigante
asombrado quiso probar otra vez, cogió una piedra y la tiró hasta que la
perdieron de vista. Esta vez la muchacha no ganó y se fue de ese lugar descontenta.
La
joven sastre fue hacia el reino de un viejo rey y su hijo; después de eso,
quería mostrar su valentía.
-Hola,
rey, he venido a mostrarle que soy más fuerte de lo que parezco- En ese
momento vio al vago príncipe tirado en el sofá y se le escapó una cara de
asco.
-
Bien, quiero que mates al gigante al que antes te has enfrentado, y si lo haces
te recompensaré.-
Cuando
el rey acabó de hablar, salió la sastrecilla corriendo. ¿Cómo sabía el rey que
se había enfrentado antes al malvado gigante ? Muchos pensamientos le surgían,
pero solo se centraría en uno: matar al gigante.
-Al
final he decidido que no me voy, te irás tú.- Le gritó al gigante para que la oyera.
-
Ya sabía que volverías, te pondré una prueba final: sobrevive una noche en mi cueva- le explicó. Y si lo haces me iré.-
Así
lo acordaron.Y llegó la noche y los dos se metieron en la cueva.
Sorprendentemente la muchacha estaba viva, pero muy enfadada; el gigante
intentó matarla varias veces, así que cogió una piedra, le dio en la cabeza y el
gigante cayó al suelo muerto.
-¡¿Madre
mía, lo ha logrado, en serio?!- dijo sorprendido el rey.
-Bien;
como te prometí, te podrás casar con mi
bello y adinerado hijo; ¡esa será tu
recompensa!.
-No
quiero casarme con su vago y desconsiderado hijo; me da igual cuánto dinero
tenga.
Y
dicho eso, se fue, dejando al viejo rey perplejo.
Esta ha sido una modificación
del conocido cuento del Sastrecillo
valiente, realizada por Garazi San Pedro Castejón.
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EL CAJÓN MÁGICO, por Garazi S.P.C. (nueve años). Septiembre 2018.
UNO.
Eran las 9:45 de la
mañana. Mi madre, mi padre, mi hermano y yo corríamos, recogíamos, limpiábamos…
¿Por qué? Porque mañana nos mudamos y tenía que estar todo perfecto.
DOS.
No me cambiaba de
Ikastola ni de pueblo, sólo de casa. Estaba emocionada; nunca habíamos hecho
algo así.
TRES.
De repente oí una voz
detrás de mí:
-Garazi, venga! Era mi madre.
CUATRO.
Garazi soy yo; tengo
nueve años y en un mes y medio, más o menos, hago los diez. Soy muy bajita y me
gusta escribir, pero también escalar, correr, jugar…
CINCO.
En diez minutos exactos
estaríamos en mi casa nueva, con todo puesto y preparado. Empezamos a contar:
10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1: Abrimos la puerta; hubo un silencio, pero
enseguida un hombre con corbata y camiseta blanca nos atendió.
SEIS.
Era una casa sin vecinos.
Enseguida el hombre nos ayudó a guardar todo lo que faltaba, aunque fueran
detalles de nada.
SIETE.
Al terminar, mi habitación
era perfecta. Tenía cama, mesa, silla, armario; desde la ventana se veía el
jardín; no era grande ni pequeña. También había unas flores y plantas
preciosas; también tenía unos cajones y unas baldas gigantes…
El salón tenía un sofá
comodísimo; tenía dos mesas; también tenía un balcón donde se veía la casa de
mis aitites, y de los aitites de una amiga mía también.
La cocina tenía un balcón
y luego todo lo normal: mesa, nevera, microondas…
¡Pero no sabía que en mi
cuarto me esperaba una sorpresa…!
OCHO.
Después de estar jugando
en el jardín, me fui a la sala, cené y me fui a la cama y de repente escuché una voz… Me asusté un poco; no sabía de donde
venía, así que hice lo que me pareció mejor: subí la manta hasta el cuello,
cerré los ojos y me dormí…
Seguirá… Garazi S.P.C. (nueve años).
NUEVE.
Al día siguiente descubrí de dónde venía esa voz. ¡Venía de un cajón!
¿Cómo era posible? Sin dudarlo dos veces abrí el cajón; estaba vacío, pero me
asomé ¡y de repente aparecí en un mundo
diferente¡ Ahí estaban todos mis recuerdos, desde pequeña hasta ahora.
DIEZ.
Me di cuenta de que se quedó en el año 2017, sólo hasta los nueve años;
suponía que porque ya no tenía más recuerdos, pero no sabía lo que me esperaba…
ONCE.
De repente escuché cómo me llamaba mi padre, así que salí de donde vine y
fue a donde estaban Unai, Rafa, Ainhoa y… había
una cuarta persona; ¿Quién era? ¿De dónde venía? ¿Por qué?
DOCE.
-Hola -me dijo-; me llamo Antonio, ¿y tú?
-Garazi; tengo nueve años.
-Garazi; este hombre se quedará a dormir porque es pobre.
-Ah, vale. (De verdad no quería
que viniera).
TRECE.
A la noche escuché otro ruido, pero no era en el cajón; parecía una persona
y de repente…¡AAAAAAAA!
CATORCE.
Al día siguiente mi hermano murió y un hombre me dijo que Antonio era
malo, pero no hicimos caso y… mi padre y mi madre estaban muertos…
QUINCE.
De repente comprendí por qué se quedaban en 2017… porque yo ¡moriría!
-¡Garazi! Vete a la cama (era Antonio).
-¿No me matarás?
-No, tranquila, y por favor no sospeches de mi. Lo detesto.
-Vale. Y me fui a la cama, pues no me fui a dentro del cajón para que
nadie me matara.
DIECISÉIS.
Al día siguiente no podía salir
alguien… lo entaponó… así que dentro de unos días estaría muerta, pero
muerta alegre de conocer a mi maravillosa familia.
Garazi SPC. 10 años. 29/X/2018
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ABANDONADA EN LONDRES.
Relato de Garazi SPC.
Noviembre 2018.
Era verano y las clases estaban a punto de terminar, mejor dicho
faltaba una semana, sólo siete días de
clases aburridas, de mates sin fin, de cosas que aunque estudies nunca aprobarás.
Por cierto, me llamo Garazi, tengo 10 años y el
pelo castaño; lo suelo llevar recogido, pero también suelto.
Al cabo de 3 días de
vacaciones me anunciaron que nos íbamos
de vacaciones a ¡LONDRES ! ¡QUÉ GUAY! Me fui a mi cuarto muy emocionada e
hice la maleta pensando : ¡Londres, allá
voy!
Después
de un largo viaje llegamos a una ciudad muy bonita; era Londres; todo era muy bonito: las casas, los parques,
los museos…
Yo
no soy tan de las que llegan a una ciudad o pueblo que no conozco hago todo
el día turismo; yo soy más de turismo y descanso a la vez.
El
segundo día desayunamos en el hotel, fuimos a un museo, montamos en un
teleférico e hicimos un montón de cosas…
Era
viernes, pero ese día no hicimos lo mismo de siempre; ese día tocaba ir de
compras; ir de compras para mí no es divertido, pero siempre tengo la esperanza
de que regalen comida para probar, o que cierren la tienda justo cuando
entramos…
Ya
habíamos pasado seis tiendas y no habíamos comprado casi nada. Ya en la octava
tienda, vi unos zapatos, una camiseta y un jersey o sudadera muy bonitos; así
que me paré a verlas: los zapatos eran morados y negros, la camiseta era azul
con rayas azules claro y la sudadera, que estaba colgada de una percha azul y
amarilla, era roja.
Lo
peor fue después, cuando fui a pedirle dinero a mi madre y a mi padre para comprarlo; no pude hacerlo porque se
fueron sin mí, no me lo podía creer; se
olvidaron de mí… de repente todo se volvió oscuro,
perdí el sentido…
Cuando
desperté lo único que veía era muchas cabezas alrededor de mí; estaba en el
mismo sitio que antes, al lado del escaparate de la tienda de ropa, justo en
frente de un semáforo en verde, la única cosa diferente era aquella gente…
¿Qué
pasa?, pregunté ¿Qué me ha pasado? Lancé otra pregunta y el silencio se apoderó
de aquella gente hasta que un hombre lo rompió: No lo hacía muy bien,
pero le entendí el castellano y me dijo que una
señora me vio desmayarme justo antes de abrir la puerta y caerme al suelo.
Al
oírla, casi me desmayé otra vez: y… y mi… mi fa… familia?. Tartamudeé. Una señora
cogió la palabra y dijo:
-Voy a llamar a la
policía para que busquen a tus padres.
-¡y hermano!, dije en voz
baja.
Al
cabo de cinco semanas aún no habían encontraron a mis padres, y lo peor era que yo sabía el por qué: Porque se habían ido ya de Londres!
Entonces me dijeron que me iba al orfanato… estuve tres
días llorando hasta que me trasladaron al orfanato… ahí todo el mundo estaba
triste
Y los adultos que estaban allí se esforzaban lo máximo
para que estuviéramos content@s. Un día me puse el jersey que me llevaba puse
cuando salimos de casa, metí la mano en su bolsillo… y encontré
el billete de vuelta a Algorta… y lo decidí: me iba a Algorta.
A la 1 de la madrugada me escapé de ese lugar; no me
dio ni la menor pena. Al llegar al
aeropuerto pagué el billete y monté en el avión; al poco rato anunciaron por
los altavoces que…
“Una
niña de 10 años llamada Garazi se escapó de un orfanato”.
Me asusté al escuchar eso porque pensaba que me
atraparían.. y encima pusieron carteles por
casi todo Londres… fueron 2 ó 3 horas en avión pero me parecieron 6 ó 7.
Al llegar a Bilbao había millones y millones de
carteles sobre que buscan a una niña de
10 años con pelo color marrón ojos marrones también y bastante bajita.
Me alegré mucho de ver eso, porque quería decir que mi
padre y mi madre estaban muy preocupados,
y era el mismo cartel que el de Londres pero en castellano.
Rápidamente fui a la casa donde vivíamos y llame al
timbre; en el primer intento nadie contesto pero tras el segundo timbrazo una voz de hombre ronca y bastante tristona
contestó; yo le dije que me abriera y él abrió… cuando me vio parecía que
los dos habíamos visto un fantasma…y nos abrazamos muy fuerte… Era mi padre… Al
momento otros dos brazos se unieron: era mi madre, que como mi padre y yo
estaba llorando… a los pocos
Aquel día juramos que no nos separaríamos nunca más, y a la tarde
les conté todo lo que había pasado, sin perder detalle.
Garazi SPC. 10 años. Noviembre 2018.
Antonio Castejón. maruri2004@euskalnet.net puxaeuskadi@gmail.com www.euskalnet.net/laviana
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